Vivir descubriendome

Vivir descubriendome...

7 de septiembre de 2011

Cuando la vida pende de un hilo...

Definitivamente como lo había escrito hace poco, hoy siento realmente que la vida es frágil pero hay algunas cosas de las que ya no tengo la misma percepción.
Hoy siento que no había sufrido tanto como yo pensaba, había sentido pena, rabia, frustración quizá, desilusión tal vez pero dolor, nunca, nunca como hasta ahora por lo menos...
Tengo la convicción de que la vida es nada sin sentimientos, sin pasiones e ilusiones que la motiven, sin alegrías ni penas, ni emociones que hagan de ella una montaña de hermosas historias, pero creo también que hay situaciones en las que realmente uno quisiera no sentir, ni escuchar, ni ver.
Siendo aún inmadura en muchos aspectos miro las cosas que he hecho y encuentro un montón de situaciones y recuerdos que se llenan de innumerables sonrisas y momentos compartidos, cosas que me llena de dicha llevar conmigo y que espero el tiempo no los borre de mi mente.
Me acompañaste en tantas cosas... siempre estuviste en todo y por lo mismo quise estar en todo lo tuyo también y espero haber cumplido bien mi tarea...
Cuando querías hablar de tus recuerdos los escuché con todo el cariño que te merecías, cuando quisiste simplemente salir a caminar caminé contigo, y cuando querías simplemente tomar un té lo tomé contigo... para qué hablar de escuchar a los pajaritos cantar!!! Era lo que más te gustaba y debo decir que estos días tus pajaritos cantores han sido mi gran compañía... me alegra tanto ir caminando y escucharlos cantar!! tal como lo hacíamos en los viajes a Llay-llay, es como si caminaras conmigo nuevamente igual que en ésos viajes y me contaras de tus recuerdos de niño una y otra vez, de tu escuela, de tus tíos, de los lugares que recorrías, en fin... de todo lo que había en tu cabeza.
Cómo quisiera que abrieras tus ojos y me miraras de nuevo, que dijeras mi nombre y me escucharas decirte abuelo... 
Lamentablemente no puedo cambiar el curso de la vida y aunque ha sido doloroso verte de esta manera tengo la convicción de que me escuchas y estoy segura de que si pudieras llamar a alguien en éste momento muy probablemente sería yo o uno de mis hermanos, y sé que te gustaría vernos junto a ti.
No ha llegado el momento de despedirnos aún, pero me quedo con la satisfacción de haber compartido imborrables momentos junto a ti, de haberte visto sonreír y de haber sentido tu protección y tu compañía...
Me quedo con éso, con los momentos compartidos en los que disfrutamos tanto... tú siendo mi abuelo y yo siendo tu nieta.


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